CATANIA :: historia de calcio y gelato

Luego de la Segunda Guerra Mundial, Giuseppe Capitano, un campesino italiano, emigro a la Argentina con un anhelo de nuevos horizontes. Comenzó en 1952 desde un pequeño garage con una máquina que trajo de su país natal, Bologna. Allí, a sólo tres cuadras de su ubicación actual, comenzó a elaborar helado artesanal, el cual repartía en un carrito por el barrio. En ese momento era conocida como La Siciliana, desde allí se fue trasladando con distintos nombres.

En 1967, Capitano se instaló su heladería en Zeballos y Avellaneda, llamándola en honor a una ciudad muy querida de su Italia natal: Catania. Esta heladería se convirtió en un importante punto de reunión de inmigrantes italianos y rosarinos.
En 1980 su mujer, Bibiana Castro, ingresó en el negocio familiar. Desde entonces lleva adelante la heladería, colocando su impronta pero siempre respetando la tradición. “Mi suegro me atrapó: me enseñó el oficio y fuimos avanzando en tecnología, conservando siempre la misma esencia: sin artesanía, no hay calidad”.
Salvador Capitano sintetizó su pasión por el fútbol con su herencia en el rubro del gelato mediante la idea de vestir a los empleados de la heladería con las camisetas del equipo rossazzuro. “El equipo de Catania nos localizó para hacernos una nota y les encantó que usáramos las camisetas”, cuenta Bibiana.
Casualmente, en el fútbol europeo, el Catania ha sido el equipo que conto con más miembros argentinos. Varios de ellos han sido de procedencia rosarina, como el Flaco Spolli, cuya camiseta se destaca en la pared de la heladería. Otras camisetas ilustran en las paredes la tradición futbolera de Catania y pertenecen a jugadores de la elite mundial, como Messi, y muchos de los que Salvador Capitano vio crecer en su profesión, como Mascherano, Demichelis y el Tata Martino.
Actualmente, Catania es la heladería con más años de permanencia ininterrumpida en la ciudad de Rosario, por lo cual es muy visitada por turistas que se acercan a degustar el clásico helado artesanal rosarino.