COVID y su impacto en el mercado del trabajo

Desde la aparición del coronavirus la vida cotidiana se está transformando y no se puede pronosticar cómo será a futuro. Todos convivimos con este virus y esta circunstancia impacta en nuestra cotidianidad personal, familiar, social y, por supuesto, en el mercado laboral.

Y es en este ámbito donde hubo una sucesión de normas que fueron dictadas, modificadas, sustituidas y derogadas, incluso en algunos casos con muy poca diferencia de días generando mayor confusión.
La pandemia no tiene antecedentes, lo que nos genera incertidumbre y en ese marco se deben tomar medidas y decisiones sobre la marcha, sin poder utilizar experiencias anteriores como referencia, sumado a que la crisis sanitaria causada por el COVID-19 llegó a la Argentina en un momento de fragilidad económica y social, en el cual el mercado laboral ya acusaba un piso de recesión.

Desde marzo el gobierno comenzó a tomar medidas de distanciamiento social hasta que el 19 de marzo del 2020 anuncia el ASPO (aislamiento social preventivo y obligatorio, con renovadas extensiones y con algunas flexibilizaciones para determinados rubros o regiones con baja densidad poblacional o con pocos casos de coronavirus confirmados), dictando el Decreto 297/2020, el mismo dispuso que todas las personas que habiten o se encuentren temporalmente en el país debían permanecer en sus domicilios habituales, solo pudiendo realizar desplazamientos mínimos e indispensables para aprovisionarse de artículos de limpieza, medicamentos y alimentos.

A través del confinamiento se buscó proteger la salud y ganar tiempo para fortalecer con personal y equipamiento el sistema sanitario, pero con un alto impacto en la actividad económica.
Con seguridad el daño económico y social será considerable, y si bien perjudicará a la economía en general, algunas actividades se verán más afectadas que otras. Es el caso del comercio, el turismo, la hotelería, la gastronomía, el transporte, y las actividades culturales.

Dentro del mercado de trabajo se han visto afectados por el impacto de la crisis de la pandemia por Covid – 19 determinados grupos, por ejemplo los adultos mayores de 60 años, que fueron declarados grupo de riesgo a causa de su mayor vulnerabilidad frente al Covid -19, sin embargo, en algunos casos debido a la reducida cobertura del sistema jubilatorio y teniendo en cuenta que muchas personas siguen siendo jefes de hogares después de los 60, lleva a muchos adultos mayores de 60 años a seguir trabajando.

También como grupo de riesgo se aisló a embarazadas, y personas con patologías crónicas. Para la parte empleadora esto significó un problema no solo económico sino de reorganización para poder cubrir las funciones de dichas personas y así poder continuar con el normal funcionamiento de las empresas.

Otra característica fue que la crisis del coronavirus instaló lo que se venía incorporando hace un tiempo que es el trabajo online. La tendencia de trabajar online a distancia está experimentando un impulso decisivo mientras el Covid – 19 fuerza a empresas a imponer políticas de trabajo remoto en un mundo que cada vez se aleja más del contacto físico.

Dentro de las medidas laborales que más impacto causaron, encontramos el dictado del Decreto de necesidad y urgencia DNU329/2020 que prohíbe los despidos y suspensiones sin justa causa, con el objetivo de preservar los puestos de trabajo y la producción nacional, dicha medida fue prorrogada en cinco oportunidades y actualmente rige hasta el 21/01/2021. Junto al decreto se implementaron dos programas, el ingreso familiar de emergencia (IFE) y el programa de asistencia de emergencia al trabajo y la producción (ATP).

El primer programa consistió de un ingreso destinado a trabajadores informales, independientes, trabajadores de casas particulares y desocupados que alcanzó a 8 millones de personas, el objetivo del IFE fue llegar a la población más vulnerable para hacer frente a la baja en sus ingresos como efecto de la pandemia.

El segundo programa, ATP, llegó a las PYMES, este tipo de empresas reúnen más del 60% de la población laboral del país. El 98.7% de las PYMES en el país tienen menos de 100 empleados.

El programa consiste en una serie de medidas para reducir el costo de las empresas: reducción de hasta el 95% de las contribuciones a la seguridad social, crédito a tasa cero para monotributistas y autónomos, y un subsidio para pago de salarios por parte de ANSES (asignación compensatoria al salario) de empresas privadas que han visto afectada su actividad a raíz de las medidas de confinamiento.

Según datos del Ministerio de Economía, 420 mil empresas se inscribieron para solicitar el beneficio (aproximadamente el 80% del total de PYMES en el país). De ese total quedaron seleccionadas 160 mil empresas, llegando a 1.2 millones de trabajadores.

De acuerdo a la CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa) durante el mes de marzo las ventas en el comercio minorista cayeron un 57.6 %, mientras que las actividades consideradas esenciales (alimentos, bebidas, farmacias y ferreterías cayeron en promedio un 31% respecto del mismo periodo 2019, mientras que en los sectores restantes la caída fue del 75%.

Por su parte, el cierre obligatorio de muchos comercios y el miedo de la sociedad por la posibilidad de contagio, ha llevado a los consumidores a volcarse al comercio electrónico, la CACE (Cámara Argentina del Comercio Electrónico) informó que las ventas on line crecieron hasta un 300% las tres primeras semanas de la cuarentena en relación a las tres semanas previas al aislamiento-
El trabajo de delivery realizado a través de plataformas digitales (como Pedidos Ya, Rappi, Glovo) crecieron también, estos servicios permitieron la subsistencia de sectores cuya actividad se vio más afectada por las medidas de aislamiento, en particular el sector gastronómico.

Cada crisis ofrece la oportunidad de una transformación en la economía, más productiva, sostenible e inclusiva. O como dijo el director general de la OIT “cuando regresemos a la normalidad, necesitaremos una “nueva normalidad”, más sostenible, inclusiva, y que resuelva las injusticias y precariedades en el mundo del trabajo actual”.